Buscar este blog

sábado, 16 de julio de 2011

Centro Cultural
“PROFESOR MANUEL GUERRERO CEBALLOS”
2011

19° CONCURSO LITERARIO.
“RECORDANDO  a  GABRIELA  y  PABLO”

Se abre el concurso y Usted puede participar en dos categorías:

1.- Poesía (verso o prosa). Tema Libre.
2.- Cuento (mínimo un hoja tamaño carta). Tema libre.
3.- Se puede concursar en los dos géneros, pero con un         
      trabajo, es decir : una poesía, un cuento.

  1. Podrá participar toda persona mayor de 12 años.
  2. Los trabajos deben presentarse escritos a maquina o computador,
       por “triplicado”, hasta el 4 de septiembre.
  1. Todos los trabajos deben suscribirse con un “seudónimo”.
  2. En sobre aparte identificado con el seudónimo se escribirán
      los datos personales:

                                      - Nombre completo
                                      - Seudónimo
                                                                 - Domicilio
                                                                 - Edad
                                                                 - Fono.
                                                                       
           Los  trabajos  se  recibirán  en  Avenida  Victoria  Nº  2844  (Bazar  Victoria)
En el mes de octubre el jurado dará a conocer el resultado, otorgando tres primeros premios y dos menciones honrosas en cada categoría.
  1. La premiación se hará en un Acto artístico en la sede de la Central  Única de Trabajadores, Av.5 de abril 450.

"Mi madre en su lecho reza
por mi su oración confiada.
Pero yo talvez por siempre
tendré mi cara con lagrimas

“Con tu frente en mi frente
con tu boca en mi boca
atados nuestros cuerpos
al amor que nos quema,

deja que el viento pase
sin que pueda llevarme”

martes, 12 de julio de 2011

ODA A LA POESIA - Pablo Neruda



Cerca de cincuenta años
caminando
contigo, Poesía.
Al principio
me enredabas los pies
y caía de bruces
sobre la tierra oscura
o enterraba los ojos
en la charca
para ver las estrellas.
Más tarde te ceñiste
a mí con los dos brazos de la amante
y subiste
en mi sangre
como una enredadera.
Luego
te convertiste
en copa.

Hermoso
fue
ir derramándote sin consumirte,
ir entregando tu agua inagotable,
ir viendo que una gota
caída sobre un corazón quemado
y desde sus cenizas revivía.
Pero no me bastó tampoco.
Tanto anduve contigo
que te perdí el respeto.
Dejé de verte como
náyade vaporosa
te puse a trabajar de lavandera,
a vender pan en las panaderías,
a hilar con las sencillas tejedoras,
a golpear hierros en la metalurgia.
Y seguiste conmigo
andando por el mundo,
pero tú ya no eras
la florida
estatua de mi infancia.
Hablabas
ahora
con voz férrea.
Tus manos
fueron duras como piedras.
Tu corazón
fue un abundante
manantial de campanas,
elaboraste pan a manos llenas,
me ayudaste a no caer de bruces,
me buscaste
compañía,
no una mujer,
no un hombre,
sino miles, millones.
Juntos, Poesía,
fuimos
al combate, a la huelga,
al desfile, a los puertos,
a la mina,
y me reí cuando saliste
con la frente manchada de carbón
o coronada de aserrrín fragante
de los aserraderos.
Y no dormíamos en los caminos.
Nos esperaban grupos
de obreros con camisas
recién lavadas y banderas rojas.

Y tú, Poesía,
antes tan desdichadamente tímida,
a la cabeza
fuiste
y todos
se acostumbraron a tu vestidura
de estrella cotidiana,
porque aunque algún relámpago delató tu familia
cumpliste tu tarea,
tu paso entre los pasos de los hombres.
Yo te pedí que fueras
utilitaria y útil,
como metal o harina,
dispuesta a ser arado,
herramienta,
pan y vino,
dispuesta, Poesía,
a luchar cuerpo a cuerpo
y a caer desangrándote.

Y ahora,
Poesía,
gracias, esposa,
hermana o madre
o novia,
gracias, ola marina,
azahar y bandera,
motor de música,
largo pétalo de oro,
campana submarina,
granero
inextinguible,
gracias,
tierra de cada uno
de mis días,
vapor celeste y sangre
de mis años,
porque me acompañaste
desde la más enrarecida altura
hasta la simple mesa
de los pobres,
porque pusiste en mi alma
sabor ferruginoso
y fuego frío,
porque me levantaste
hasta la altura insigne
de los hombres comunes,
Poesía,
porque contigo
mientras me fui gastando
tú continuaste
desarrollando tu frescura firme,
tu ímpetu cristalino,
como si el tiempo
que poco a poco me convierte en tierra
fuera a dejar corriendo eternamente
las aguas de mi canto.