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viernes, 17 de octubre de 2008

Reunión Círculo





Se invita a los socios del Círculo Literario de Maipú a la próxima reunión que se efectuará el viernes 24 de octubre a las 19.30 horas en casa de P. Franco.

La reunión estaba programada en la Sala Chacabuco del Teatro Municipal, pero esta sala está reservada para actividades relacionadas con las próximas elecciones municipales.

jueves, 16 de octubre de 2008

Revista La Mancha



Nos han llegado los números 8 y 11 de Revista La Mancha, a través de nuestra estimada amiga la escritora Amanda Espejo.

Felicitamos a la talentosa gente de Quilicura por esta revista, cuyo blog es: http://www.lamanchadesdequilicura.blogspot.com/

En el mes de los gatos

Por Consuelo Tapia C

Agosto, seis de la tarde. Una vez más los automóviles se detienen. La congestión vehicular más la inoperancia del Transantiago no permite avanzar.
Tendrá que armarse de paciencia, hay que adaptarse ya que el presupuesto familiar no da para pagar peajes en las autopistas de acceso rápido.
Mientras espera fija su mirada en un desconocido que zigzaguea entre los vehículos detenidos rogando por unas monedas. Llega a su lado y le golpea la ventanilla. La mano derecha del automovilista se desliza hacia el monedero, luego aprieta el botón lo suficiente para que el vidrio baje sólo hasta la mitad.
- Una monedita jefe.
Por lo general, él no mira a quien pide la limosna, sólo la da, pero esta vez la tonalidad de esa voz le pareció familiar. Lentamente gira su cabeza quedando sólo a unos centímetros de la cara del mendigo, sorprendido, éste retrocede, restriega sus ojos, pasan unos segundos y el desconocido vuelve a acercarse, lo mira fijamente como para cerciorarse de que la persona que está viendo es real, su rostro se transforma y de su boca desdentada brotan exclamaciones y preguntas.
- ¿Padilla? ¿Erí tú? ¿No te acordai de mí? ¡Soy yo, el Durán!
El rostro del automovilista permanece impasible no así su mente que retrocede veloz a otros Agostos, más fríos y con más necesidades que los de hoy, cuando él estudiaba la enseñanza media en un liceo mixto ubicado entre Independencia y Recoleta.
No demuestra ninguna emoción, sólo trata de recordar, pero el Durán que conoció era el mateo del curso, nadie lo pudo superar, en resumidas cuentas, era la gran esperanza del barrio. Este no podía ser el mismo.
- ¡Pucha Padilla! ¿Porqué soy tú verdad? ¡Tení güen auto! Parece que te resultó ser güeno p’al dibujo. Era en lo único que me ganabai.
Bocinazos, palabrotas, todos tienen prisa. Padilla quiere acelerar pero el tráfico es lento y el desconocido no se despega del auto, habla y habla.
_ ¿Y tu hermano? ¿Porque teniai un hermano verdá? ¿le va bien? ¿ igual que a ti?
Ya no quiere escucharle, no lo mira, su atención se centra en el semáforo. Una vez que lo cruce perderá al tipo.
Agosto es el mes de las heladas decían mis abuelos y también florecen los aromos, replicaba mi madre y fue en este mes, pero de 1976, cuando el Durán que conoció mostró ante todos que no era su amigo.
Entre Padilla y su hermano la diferencia de edad era mínima y la madre, acomodando las necesidades de la familia, los había matriculado en diferentes jornadas no sin antes explicarles como tenían que proceder.
Al menor le correspondería la primera jornada y apenas terminadas las clases debía correr raudo las seis cuadras que separaban el Liceo de su casa donde el bueno para el dibujo esperaría, cual atleta en una carrera de relevos, a la una con treinta minutos, para realizar el intercambio.
A diario los zapatos y el vestón del uniforme escolar pasaban al hermano mayor, quien desdoblaba las mangas y luego se calzaba acomodando el pie lo mejor posible para que la mamá no se diera cuenta que ya necesitaba unos zapatos más grandes. Una vez listo partía a estudiar confiado de que el secreto familiar estaba a salvo.
De marzo a Julio de ese año todo funcionaba bien, pero un miércoles, a mediados del mes de los gatos, vino el desastre. Faltaban veinte minutos para las dos y el de la jornada mañanera no llegaba, así que Padilla decidió no esperar más.
- En el camino lo encuentro, pensó.
Ese día el intercambio se tuvo que hacer a medio camino, escondidos detrás de un kiosko creyeron estar a salvo de miradas curiosas, sin embargo, unos ojos inquisidores los observaban sin perder detalles del hecho.
Uniformado y con los dedos más encogidos que de costumbre, el muchacho corrió para llegar justo antes de que cerraran el portón del liceo.
Al formarse notó que casi todo el curso lo miraba, no se dio por aludido pero al entrar a la sala de clases el Durán que él recuerda hizo su entrada. Mirándolo con malicia abrazó a la muchacha con quien él soñaba y le susurró algo al oído. La joven sonrió, luego se acercó a Padilla, lo miró de arriba abajo y con un gesto de desprecio se dirigió a su banco.
Su corazón latió con fuerza, el profesor aún no llegaba, las bromas de grueso calibre iban y venían, todas celebradas por el grupo de Durán.
En sus difíciles 16 años jamás se había sentido humillado, su cara enrojeció, no supo si de despecho vergüenza o rabia por la precaria situación familiar, quería desaparecer, pero a esas alturas ya se rumoreaba que de esos ya habían muchos, así que se tragó sus lágrimas, esbozó una sonrisa, puso un pie sobre su silla, sacó un pequeño trapo negro, eliminó el polvo de los zapatos, se acomodó las mangas del vestón, saco un cuaderno y se puso a dibujar.
En los siguientes meses todo el Liceo sabía del intercambio de los Padilla, pero en 3° y 4° medio ya nadie se acordaba y él también trató de olvidarlo.
Eran tiempos en que la Dictadura apretaba con fuerza, por lo tanto los jóvenes tenían otras preocupaciones y muchos de sus compañeros dejaron de estudiar. Padilla también lo pensó.
Los vehículos comienzan lentamente a avanzar, vuelve a fijar la mirada en el rostro pegado a la ventanilla, lo mira con un poco más de atención. El deterioro es visible. Las drogas y el alcohol han dejado huella. Si fuera el compañero que conoció no se encontraría en ese estado.
- Con tú inteligencia, Durán y con un poco más de disciplina puedes llegar a ser abogado o médico, le decía el señor López.
Está por llegar al semáforo, luz roja.
La espera se hace eterna. Su mente visualiza la figura del profesor López siempre aconsejando, como cuando él quiso abandonar los estudios. El profe lo llamó a un lado y le dijo:
_ Mira Padilla, tú tienes un don, aprovéchalo. Termina el cuarto. Después yo te voy a ayudar.
Y cumplió.
Antes de terminar el año 1978 lo contactó con gentes que le enseñaron a utilizar su talento. Del profesor López nunca más supo. Dicen que se perdió en la vorágine de los 80.
_ ¡Hey Padilla!
Al escuchar su apellido vuelve a la realidad, luz verde al fin
_Escúchame poh. ¿Cómo no te vai a acordar de mí? ¿Acaso no te recordai de las pichangas con los de la Industrial? Ya poh compadrito, si estudiamos la Media juntos. Suelta un billetito. ¿Qué te cuesta?
Se siente agotado. Si al menos el mendigo hubiera intentado hacer algo, limpiar los vidrios, en fin, si se desapareciera un rato.
Si fuera otro ex compañero quizá su reacción sería diferente, hasta una cerveza podrían compartir sólo para recordar como buenos amigos de antaño. Si fuera otro, tal vez, se atrevería a contarle sus logros y decepciones. Si no fuera quien dice ser lo haría participe de su viaje a Holanda en el 2007 cuando fue invitado junto a otros artistas chilenos para realizar un mural en un importante museo de Ámsterdam y que este año viajará con el mismo propósito a Bélgica.
Su cabeza realiza un gesto de negación y antes de acelerar su voz suena fuerte, autoritaria.
_ Cállate de una vez. Me estás confundiendo. No soy la persona que tú crees. ¡Sal de mi camino!
Durán retrocede justo antes de que el auto tome velocidad. Un poco asustado se palpa el cuerpo, luego se lleva las manos a la cara y grita:
_ ¡Y pa’que te enojai! Adelante no má’ jefe, gracias por la moneita. Igual te parecí re harto al Padilla.
Y así, rascándose la barba, se aleja murmurando bajito:
_Él era re güeno p’al dibujo.

TENEMOS EL ARTE

PARA QUE LA VERDAD NO NOS MATE

Escrito por Ray Bradbury, Zen el arte de escribir

¿Sólo conoces lo real? Cae muerto.
Eso dijo Nietzche.
Tenemos el arte para que la verdad no nos mate.
Para nosotros el mundo es demasiado.
Después de cuarenta días el Diluvio sigue.
Las ovejas que pastan allá lejos son chacales.
Ese tictac en tu cabeza es de verdad el Tiempo
Y vendrá por la noche a sepultarte.
El tibio niño que ahora duerme partirá en el alba,
y con tu corazón irá hacia mundos que ignoras.
Y por eso
necesitamos que el arte enseñe a respirar
y haga latir sangre; tener que aceptar la cercanía del diablo
y la edad y la sombra y el coche que atropella,
y al payaso con máscara de Muerte
o la calavera que con corona de Bufón
a medianoche agita cascabeles
de óxido sangriento y matracas gruñonas
que estremecen los huesos del desván.
Tanto, tanto, tanto… ¡Demasiado!
¡Destroza el corazón!
¿Y entonces? Encuentra el Arte.
Toma pincel. Aviva el paso. Mueve las piernas.
Baila. Prueba el poema. Escribe el teatro.
Más hace Milton que Dios, aun borracho,
para justificar los modos del hombre con el hombre
Y el divagante Melvilla se toma en serio la tarea
de encontrar la máscara bajo la máscara.
Y la homilía de Emily D. señala el basurero
de nuestras anomalías.
Y Shakespeare envenena el dardo de la Muerte
y la herramienta de un arte de enterrador.
Y Poe construye un Arca de huesos
porque ha presentido un diluvio de sangre.
La muerte es una dolorosa muela del juicio;
extrae esa Verdad con las tenazas del Arte
y emploma el abismo en donde estaba
oculta en las sombras con el Tiempo y las Causas.
Aunque el Gusano Rey nos devore el corazón
con la boca de Yorick demos gracias al Arte.

lunes, 13 de octubre de 2008

Chile, Fantástico

Estimados amigos de lo fantástico:

Biblioteca Nacional de Chile y Puerto de Escape Editorial tienen el agrado de invitar a Ud. a las charlas, presentaciones de libros y mesas redondas, en torno a la exposición: "Chile Fantástico (1810 – 2010)".

Charla inaugural: "Literatura Fantástica Latinoamericana" a cargo del poeta y experto en el tema, Sr. Oscar Hahn, el martes 14 de Octubre a las 19:00 horas, en el Sala Ercilla de la Biblioteca Nacional (Alameda 651. Metro Santa Lucía). Lo acompañará el poeta y estudioso de la Ciencia Ficción chilena, Sr. Marcelo Novoa.


Más información en:
www.bibliotecanacional.cl

http://www.chilefantastico.com/