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sábado, 8 de noviembre de 2008

PROGRAMA RADIAL SÁBADO 8 NOVIEMBRE

PREMIACIÓN CONCURSO


El domingo 16 de noviembre, a las 16.30 horas, se efectuará la premiación del concurso literario del Centro Cultural Manuel Guerrero C. "Recordando a Gabriela y Pablo", en Guayaquil, esquina Porvenir.
Están todos invitados a presenciarla y compartir la alegría de los galardonados.

martes, 4 de noviembre de 2008

Rolando Salas Cabrera


Tras una ausencia de más de tres décadas, el poeta, actor y profesor Rolando Salas Cabrera visitó fugazmente Chile, dejando una antología de poemas publicada en España, que abarca su producción literaria desde 1974 hasta 2004.
El siguiente poema aparece en dicho volumen:



A Juana



En el bar de la esquina

muere Juana diez horas al día.

Juana va y viene

para que sus hijos coman.



Yo soy poeta y Juana muere cada día.



No quiero yo un futuro para Juana.

Quiero entregarle el presente.

Y el presente es la muerte

o un beso que espante las congojas.

O morir con Juana cada día.

O descubrir juntos la luna

en la undécima hora.

O llorar abrazados

en un banco del parque y

embriagarnos con vinos del olvido.

Escribir un poema y deslizarlo

en el bolsillo de su delantal

e incendiar esa esquina

y huir con Juana a un escondrijo.

O decirle una mentira:

que hay futuro...

que soporte...

que sus hijos...




O puedo simplemente

coger a Juana de la mano.

O puedo simplemente

arrimarle mi cuerpo como un lecho.

O puedo simplemente

despedirme de Juana

y perderme en la calle.

lunes, 3 de noviembre de 2008

EL HOMBRECITO DE LA CASA

Esa fría mañana de invierno, ya no podía más con su conciencia, escribió una breve carta, con frágil letra ligada, manchas de tinta diluida fueron testigo de su angustia, de su pesar y sobretodo de su arrepentimiento, pero ya era tarde, muy tarde.

Josefina es una mujer fuerte. Tras la muerte de su esposo Tomás, hace ya 15 años, tomo las riendas de su hogar y aunque recibió una pensión casi digna, el dinero empezó a escasear, y a medida que crecieron los niños, Tomasito de ocho años y Joaquín de cuatro, se decidió a trabajar en lo que fuera, lavaba, planchaba, atendía un almacén, hacia costuras y se encargaba de los niños y la casa.

Tomás y Joaquín, ante la repentina muerte de su padre, notaron como su situación fue cambiando, ya no estaban con la mamá el tiempo que acostumbraban, los regalos eran menos y las privaciones más.

Tomás por ser el mayor, entendió mejor lo sucedido e interiormente pensó que su madre necesitaría de él, a sus cortos años se propuso ser su apoyo sería “el hombrecito de la casa” como lo llamaba su padre cada vez que por algún viaje debía ausentarse, encargando al niño, en forma simbólica por cierto, el bienestar de su madre y hermano. Lo decidió, sintió que no podía defraudar a su padre y cada noche se dormía, pensando en el futuro, en como ayudaría a su madre, y en como sacaría adelante su familia.

Joaquín aunque a veces, un poco rebelde, se destacaba por ser muy afectivo, cariñoso y sociable, tenía la habilidad de “caer bien” en todos lados.

Josefina se sentía orgullosa de sus hijos, agradecía a Dios la madurez de Tomás, quien a medida que aumentó en años, se hizo mas responsable y cooperador con los deberes y gastos de la casa.

A los catorce años, decidió trabajar medio tiempo, a pesar de la rotunda oposición de su madre, a quien convenció prometiéndole que no descuidaría sus estudios. Fue contratado como junior en una oficina de abogados, le gustaba su trabajo, era inteligente y dedicado, lo aprendió con rapidez, supo distribuir su tiempo entre la casa, el trabajo y el estudio.

En la adolescencia, no pasó por la típica etapa de conflictos, salvo una que otra pelea con su hermano, a quien tildaba de inmaduro e irresponsable, porque Joaquín se tomaba la vida en forma distinta, sabía que contaba con su hermano, en cierta forma descansaba de sus preocupaciones, sabía que Tomás siempre estaba pendiente de sus necesidades y fue lo más cercano a una figura paterna, a pesar que sólo era cuatro años mayor.

A Joaquín desde muy pequeño le atrajo la música, poco a poco se convirtió en su afición, aprendió a tocar varios instrumentos, guitarra, bajo, flauta y hasta un viejo acordeón olvidado y empolvado que encontró en un viejo armario. Solía juntarse con amigos del barrio y del colegio a tocar, una vez por semana se turnaban para ocupar como estudio la casa de los integrantes del grupo. Aunque a Tomás lo descomponía el ruido ensordecedor de los instrumentos, que desafinaban sin compasión, se sentía bien de ver que su hermano tenía ese gusto por algo tan sano, como la música.

Después de terminar en forma exitosa la secundaria, Tomás a los 18 años rindió su examen para estudiar derecho, después de varios años trabajando en el estudio jurídico y a la luz de la buenas recomendaciones y condiciones para esa profesión, se propuso ser abogado y de los mejores. Su examen fue excelente lo que le permitió ingresar sin problemas a la más prestigiosa universidad, su alegría fue mayor cuando le informaron que había sido favorecido con una importante beca de estudios, la que sin duda le ayudaría a cumplir su sueño. Feliz le dio la noticia a su madre, quien lloró de alegría, lo abrazó y le dijo que estaba muy agradecida de la vida por tenerlo como hijo. Ese día se durmió pensando en el futuro, planificando lo que se venía, tratando de vislumbrar lo que le esperaba, sabía que se tendría que esforzar más aún, pero bien lo valía la sonrisa de su madre, sabía que con estudios sería más fácil ayudar a su familia.

Por su parte Joaquín formó su propia banda, y participaba en los más variados eventos a beneficio que se realizaban, tocaba en las escuelas, en actos comunales, era el invitado infaltable en las fiestas.

Josefina se sentía feliz, veía a su familia y pensaba en lo orgulloso que debía sentirse su esposo, por la bonita familia que tenía. Sus hijos habían crecido eran personas de bien, veía que el esfuerzo tenía ya sus recompensas. Pero algo la inquietaba, no todo podía ser felicidad, le preocupaba que Tomás cada día fuera menos sociable, lo consumía su trabajo y sus estudios, prácticamente no tenía amigos, no salía a divertirse y nunca le había presentado una chica, cuando lo conversaban decía: - “no te preocupes mamita, hago lo que me gusta”.

Joaquín en cambio siguió siendo un joven sociable, tiene muchos amigos y pasa poco tiempo en casa, no le dedica mucho tiempo a sus estudios, lo que repercute en sus calificaciones, aunque nunca reprobó un curso. Pronto saldrá del colegio y aún no tiene claro que hará de su vida. Cuando le tocan el tema contesta entre risas que está muy joven para preocuparse, que su pasión es la música y que él hará lo que le gusta, no pretende tener de amigos a un montón de libros, como su hermano, le gusta ser popular y estar siempre rodeado de gente, especialmente de jóvenes muchachas. Su madre le aplaude en cada presentación, está orgullosa, le toma fotos, lo graba, le celebra todos sus chistes y le encanta la alegría desbordante de su hijo.

Tomás seguía con su rutina muy marcada, se le podía encontrar en la universidad, en alguna clase o en la biblioteca junto a un cerro de libros y una vez a la semana haciendo ayudantía, lo que le permitía repasar sus materias y tener un dinero extra, para sus estudios o para apoyar a su madre y hermano, aunque nunca dejó el trabajo en la oficina, pero el hecho de estudiar le permitió hacerse cargo de otros asuntos, dejó de ser sólo un junior, pasó a ser todo un ayudante legal administrativo y tenía la libertad de acomodar su horario de acuerdo a sus estudios era muy querido en la oficina y su jefe continuamente reconocía su inteligencia y tesón. Se siente feliz de sus logros, y disfruta llevando buenas noticias a mamá, le cuenta de sus calificaciones, de los comentarios positivos de sus profesores, y de su jefe, la toma de la mano y le dice que pronto ella no deberá trabajar más, porque el la mantendrá y podrá darse gustos, como un nuevo vestido; de los caros, podrá preparar ricas comidas o lo que es mejor, la llevará cada semana a conocer un restaurante distinto, donde podrá disfrutar de las mejores recetas. Para Tomás ver feliz a su madre es su recompensa.

Aunque el tiempo ha pasado para Tomás las cosas no han cambiado mucho, sigue con su tiempo acotado por los estudios, el trabajo, la casa, la familia, y es justamente este punto el que siente se le escapa de las manos, está muy preocupado, Joaquín terminó la secundaria, hace ya un año y se rehúsa a seguir estudiando, se enfrasca en discusiones con su madre quien ya no le celebra todas sus payasadas, le recrimina sus llegadas tardes y con olor a alcohol. Josefina está preocupada por el futuro de su hijo, y piensa que es su culpa, por no haber puesto mano firme desde el principio, pero ella siempre quiso ser amiga de ellos, apoyarlos en todos sus gustos y la música es algo hermoso, no tenía argumento válido, para pedirle que la dejara, lloraba y pensó en su esposo, en que haría él, pero no hallaba respuesta, quizás necesitaba un hombre mayor en casa, alguien que llevará las riendas, y así liberar de esa responsabilidad a Tomás, tenía un par de pretendientes, pero ella nunca les dio importancia, ahora se lo planteaba como una solución.

Tomás continuamente, tenía discusiones con Joaquín, catalogándolo de rebelde, mal agradecido, intentaba hacerlo sentar cabeza, le dolía ver a su hermano perdiéndose, desaprovechando oportunidades, le indignaba ver como hacía sufrir a su madre, pero a Joaquín, poco le importaba, vivía su mundo, se había convertido en un egoísta, egocentrista, manipulador y un vividor, se había acostumbrado a no tener responsabilidades, a que las cosas giraran en torno a él, le acomodaba ser el centro de atención.

Esa noche Tomás estaba más cansado que de costumbre, se preparaba para un examen, le faltaba sólo un semestre para graduarse, pero no se podía concentrar recordaba la conversación que había tenido con su madre, a quien encontró con los ojos enrojecidos al regresar a casa, sabía que era a causa de Joaquín, quien cada día estaba mas extraño, había dejado la banda, sentía que solo le iba mejor y se había rodeado de otro tipo de gente. Ante la preocupación de Tomás y el intenso interrogatorio al que la sometió, su madre le contó detalles que había ocultado para no preocupar a su hijo, hacía tiempo que faltaba el dinero que juntaban en el frasco de la cocina, por lo que tuvo que cambiar su escondite, sin embargo, volvió a desaparecer, y también habían desaparecido algunos objetos, como el reloj del papá, que ella había guardado celosamente, como única pertenencia de su esposo, era su tesoro, y a pesar de los malos tiempos nunca se deshizo de el, también faltaba ropas y herramientas. Por la mañana ella lo había confrontado, y el se mostró muy molesto porque según dijo “mi propia madre duda de mi, cree que soy un ladrón”, había salido de la casa, dejando en el ambiente un aroma nauseabundo, una mezcla de alcohol y suciedad.

Tomás como siempre intento calmar a su madre y darle una solución, prometió que se haría cargo, aunque pensaba en como lo haría si ya no tenía tiempo, y estaba en un momento crítico de sus estudios, la consoló, secó su lagrimas y beso su frente. Pero su madre también le comentó que quizás era mejor buscar una pareja, -en casa hace falta una figura paterna -, dijo, le explicó que ya no quería sobre exigirlo con ese rol que no le correspondía, porque era sólo un joven y que ella quería entablar una relación afectiva con el señor Sergio Sanfuentes quizás el podría arreglar las cosas, era un buen hombre viudo, trabajador aunque de apariencia ruda, era educado y hacía muchos años que estaba interesado en su persona.

Tomás sintió como una estocada en el corazón, una serie de sentimientos alborotados afloraron de su ser, sintió rabia, pena, impotencia, dolor, celos.

Había subido a su cuarto, tratando de tranquilizarse, corto de golpe la conversación con su madre, con un ¡¡Tú no puedes hacer esto!!

Y ahora estaba ahí pensando, buscando la solución, pero las palabras de su madre repicaban en su cabeza y lo estaban ahogando, no se podía concentrar y tenía que buscar la solución ¡¡ya!!.

Era la 1:45 de la madrugada cuando salió de casa, vestía su antiguo y desgastado gamulán, un gorro de lana para abrigarse del frío, temblaba y una densa y húmeda niebla, le ofuscaba los pensamientos. Empezó a recorrer bares y discotecas, buscando a su hermano, quería conversar con él y contarle de los planes de mamá, quería enrostrarle su mala conducta y si era necesario golpearlo, sí, lo golpearía con tal de hacerlo entrar en razón. Tenía las manos entumecidas, el corazón herido y muchas sensaciones a flor de piel, cuando encontró a Joaquín, estaba en un bar de mala muerte, acompañado de un par de prostitutas que celebraban cada palabra, cada gesto con sus risas chillonas y desentonadas. El humo, la hediondez y la bulla del lugar lo ahogaban, lo tomó de un brazo y lo sacó, pagó la cuenta, ante las protestas de las mujeres quienes lo abuchearon, mientras le lanzaban besos alcoholizados con sus manos tiritonas y malolientes.

Ante los reclamos y el forcejeo de su hermano, lo agarró con firmeza, caminaron un trecho, entre tirones y alegatos poco legibles, se sentaron en un banco de la plaza, intentaba conversar, trataba de hacer entender a su hermano lo mal de su actuar, pero lejos de entrar en razón, el argumento de Tomás le causaba risa, es que el estado de ebriedad en que se encontraba, no le permitía recapacitar y ver la seriedad de las palabras de su hermano.

Ahora Tomás se sentía acalorado, transpiraba, sacudía a su hermano intentando de esa forma espantarle la borrachera, pero el salir de aquel bar y caminar, descompuso mas a Joaquín y la embriaguez se apoderó de el con más fuerza, no razonaba y sólo reía. La discusión comenzó a subir de tono, Tomás ofuscado arremetía insultos a su hermano que sólo forcejeaba y reía sin parar, de pronto un silencio y ante la incansable arremetida de Tomás, Joaquín tomando aire empezó a hablar en un tono burlesco, agresivo, despreciativo e hiriente, ¿qué quieres? ¿que te agradezca? “papá”, olvídalo, eres un perdedor, reconócelo, tienes una vida de mierda, eres el perrito faldero de mamá, te creíste el papá y lo hiciste mal, todo se te escapó de las manos, la mamá ya no te necesita, ya no eres el “hombrecito de la casa”, nunca lo fuiste, no te das cuenta, ella quiere un hombre de verd…. no alcanzó a terminar cuando un fuerte golpe lo tumbó de espalda, luego una lluvia de golpes, puntapiés, sin respiro, sin embargo, no podía parar de reír, a pesar del dolor que sentía no paraba de reír. Tomás estaba totalmente fuera de sí, las risas de su hermano resonaban insolentes en su cabeza, de pronto vio una gran piedra y no dudó, supo que sería la solución, la tomó con rapidez y con toda la rabia y fuerza que le quedaba la arrojó sobre la cabeza de su hermano, el silencio baño la noche y una mancha oscura se esparció en el suelo, Tomás tiritaba, su corazón estaba a punto de explotar o salir por su garganta, miró asombrado e incrédulo a su hermano caído y sangrante, el horror, el temor, y la pena sacaron de golpe a la rabia, huyó, corrió despavorido a su casa, entró sigiloso, pero agitado, se sentó y trató de ordenar sus ideas.

Ya amanecía y esa fría mañana de invierno, ya no podía más con su conciencia, llorando escribió una breve carta, con frágil letra ligada, manchas de tinta diluida fueron testigo de su angustia, de su pesar y sobretodo de su arrepentimiento, pero ya era tarde, muy tarde, amarró una sábana a la viga del techo, sabiendo el enorme dolor que le causaría a su madre, si tan sólo hubiera podido pensar, entrar en razón; con angustia y sollozando se subió a la silla, ató el otro extremo a su cuello, las lágrimas se deslizaban quemantes por sus mejillas y saltó… se asfixiaba, sentía como lentamente ya no respiraba y su cerebro repetía las imágenes de su hermano sangrante. Alcanzó a escuchar unos fuertes golpes en la puerta de su dormitorio, sentía y escuchaba la voz de su madre, que le hablaba y le removía suavemente, Tomás, Tomás, Tomasito, despierta hijo, tienes una pesadilla, mírate estás sudando, lo abrazó y besó en la frente, Tomás no lo podía creer, no lo entendía, se aferró a los brazos de su madre y le pidió perdón, ella no sabía el porqué… Corriendo y asustado llegó Joaquín, con los ojos húmedos y el corazón alborotado, abrazó a su madre y hermano, él también había sido el protagonista de un mal sueño.

EL ESCAPE

En el aire se respiraba un fresco aroma, los árboles se mecían con la suave brisa, bailando sincronizados, las hojas y los pétalos caídos de las flores danzaban arremolinados, formando graciosas y bailarinas figuras acompañadas por el trinar de los pajarillos, que parecían saludar a la feliz pareja, Susana y Javier, quienes paseaban de la mano, maravillados del entorno diáfano y de la paz que …

¡Cielo santo¡, ya son las cuatro, y los niños llegarán del colegio, ojala les haya ido bien en sus pruebas, ayer estudiamos toda la tarde, pobrecitos. Pondré un poco de música, mientras le preparo la once, deben venir con hambre, como todos los días, ¡es bien sacrificada la vida de los niños ahora!, salen tan temprano y están casi todo el día en el colegio, tienen tantas exigencias, muchas materias, me acuerdo que yo aprendí a dividir como a los 11 años y a ellos ya les están pasando ecuaciones, como cambia todo, recuerdo que inglés fue una pincelada, y a mi me gustaba tanto, pero en esos años no era prioridad, en cambio ahora, uff!! desde Kinder se les exige, pero es mejor, con esto de la Globalización, los TLC y tanta cosa nueva… diantres, no me quedan huevos, les prometí que les tendría huevitos revueltos para la once, voy a ir a comprar de una carrerita.

¡¡Hola¡¡ límpiese bien los pies, porque hoy estuve toda la mañana haciendo aseo y está recién encerado, ¿Cómo les fue a mis niños hermosos, estuvo muy difícil la prueba?
– bien mamá, no mamá.

Vayan a lavarse las manos para que tomen once, ¿traen muchas tareas?
– yo tengo una de matemáticas, que no entiendo, así que me tendrás que ayudar.
-Yo tengo que leer, hacer un resumen y completar un vocabulario, también quiero que me ayudes.

- Si pero la mamá me ayudará a mi primero, yo te gané en decir,
- si pero lo mío es más importante, porque es más largo,
- ah!, pero lo mío es más difícil.

¡Ya basta! Tomen once tranquilos y rápido, después haremos las tareas, ven que luego va a llegar el papá y tengo que servirle la comida, además ustedes saben que no le gusta que estén levantados cuando el llega, es que el pobre trabaja tanto, lo único que quiere cuando regresa es descansar.

¡¡Hola mi amor como te fue en el trabajo!!
– bien gracias, mucho como siempre, sírveme altiro, o no, mejor me voy dar un baño y me llevas la comida a la cama ya?
-si mi amor, la cama está calentita, te puse el “escaldasono”.

¿Te gustó la comida?, le saqué las espinas al pescado para pudieras comer mejor, hice corvina, como a ti te gusta tanto

- Si, está rica, pero igual se te pasaron unas espinas, ¿fuiste a pagar las cuentas?,

- Si todas, había una tremenda fila, así que me demore mucho, llegue apuradita a hacer el almuerzo, memos mal que dejé el aseo hecho antes de salir, mañana tengo que limpiar los vidrios que ya están todos manchados y después voy a tener que ir al colegio por que me citaron las dos profesoras, una a las 10:00 y la otra alas 11:00, de nuevo voy a andar corriendo.

- ¿y para qué?,

- Es qué me van a informar los progresos de los niños en el colegio, como para la última reunión, yo no pude ir porque estaba con el lumbago, por la fuerza mal que hice con el balón de gas.

- Ah, ya llévate esto no más, a hora voy a dormir, mañana me tengo que levantar temprano.

- Si, pero no te preocupes, tu sabes que yo siempre te despierto con un cafecito, para que comiences bien el día.

- Ya buenas noches, acuéstate luego

- Primero voy a dejar la loza lavada, después me acuesto, que duermas bien.

¡Ya por fin! sigo con lo mío…

… que se respiraba. Estaban recién casados y el lugar escogido para la luna de miel era perfecto, tranquilo y encantador, no dejaban de abrazarse, acariciarse, besarse, dieron un largo paseo por ese bosque de ensueño, regresaron a la cabaña al atardecer, se sentían tan felices. El lugar era acogedor, estaba provisto de todo lo necesario, se tomaron un trago, comieron algún picadillo y se fueron a la cama, regalonearon aún más, Javier hizo un suave masaje a su amada y ella se lo retribuyó con sensuales caricias, hicieron el amor y se durmieron entrelazados soñando con el futuro, y con esta nueva vida que comenzaban, tendrían niños, una casa grande y un perro…

¡Hay! Se me había olvidado el pobre perro, -Cachupín acá tienes tu comida, lindo perrito, ¡ya!, ¡ya!, deja de lamerme la mano, ya pues no me ensucies la ropa, ya, yo te hago cariñito, si, eso es lo que quieres cierto, que te hagan cariñito, ven deja abrazarte Cachupín, ya pues deja de saltar tanto, cuidado con tu cola, si, yo también te quiero.

domingo, 2 de noviembre de 2008

Reunión Círculo Literario




El próximo viernes 7 de noviembre a las 19.30 horas se efectuará una reunión del Círculo Literario de Maipú, en el Teatro Municipal.

Se invita a todas las socias y socios a tomar parte en ella.

(Mandala de Shira Franklin)