HUESO HERIDO
Katalina González Gálvez
Se puede pensar que se ha dado a este libro el nombre de “ HUESO HERIDO” como consecuencia de un gran daño, son estos dos vocablos espejo traductor de la sociedad, a la autora no le es ajeno el vivir de otros, y queda manifestado a lo largo de esta obra, de este modo da origen a la herida física más honda, al hueso, para llegar a penetrar el alma con ingeniosas conjugaciones que conmueven y despiertan al lector.
Katalina en su obra nos presenta veintitrés poemas enumerados, breves, fragmentarios obedeció en su geografía formal al verso libre donde su habla fluida otorga matices narrativos. Así el hablante lírico es dinámico, se da en el primer poema donde se sitúa como observador y en el segundo poema como protagonista de lo poetizado, parece ser siempre la voz masculina quien argumenta el vivir de estos textos denunciadores y activos.
Las obras literarias no son independientes, se vinculan y dialogan entre sí,
Katalina establece un puente, producto de la buena lectura; ella cita a “Pobres Gentes” primera novela de corte social del autor ruso Fiodor Dostoyevski. Ambos personifican en sus obras a esclavos que cargan agobiados sus miserias y a personas dotadas con valores inquebrantables.
También convoca a recordar a Segismundo personaje de “la vida es sueño” de Pedro Calderón de la Barca y “Metamorfosis” de Kafka, libros marcados por la hondura humana en miserias y alturas espirituales.
Seguimos viajando a través de los textos y no sorprende que la autora con su notable poetizar haya reparado en la presencia perruna de esta sociedad, ella tatuó a perros existentes y personas con vida de perros y la marca a veces alevosa que les confirió la existencia a esta especie, pero como ella bien dice y testifica en Hueso Herido a través de un ave fénix:
He conocido a muchas criaturas,
pero los singulares perros
son impresionantes.
Lloran callados,
ríen en una mirada,
iluminan el espacio como las estrellas de la casa
sufren por otros
y renacen de las cenizas.
La autora revela algunos seres de carácter indolente con el ánimo contagiado de niebla, a otros que están en extrema indefensión como aquel niño que avivaba su fuego en el poema II, de las mujeres confesas en el poema VI o en el poema XI donde el hablante lírico se sitúa al borde de su verdad, conciente y desasistido de aceptación, pues la vida se fractura como una copa cuando la suma de “tomar” y “matar” en toda la amplitud de significantes de ambas palabras acorralan literalmente la existencia ,ya no hay nada , no hay nadie, así se da paso a sentir que se queda “solo como un perro”.
En virtud del ingenio, Katalina se hace merecedora de este premio, su obra Hueso Herido mantiene en toda su lectura una intención develadora, en donde deja atrás artificios y caben las personas con sus particulares voces.
ARIELA CÓRDOVA HERRERA
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