Inyecto ronsilver, golpeo el cemento,
crujen las tablas, vuelan las sillas.
El grito del perro chillando su muerte,
bebiéndola todos, rasgando las pulgas.
Que muerte tan puta, que vida tan nausea.
Quiebren los vidrios, que arda el pavimento
y el pasto se pudra debajo del meo.
Muerte a tierra, cableado a cielo,
que la música arde y espasma mis bríos.
La muerte saliva y su espuma es un canto,
es un grito.
Golpeamos, pateamos, inyectamos ronsilver,
la sangre se encostra al crujir el silencio.
Dispara otro tema que despiertas los muertos.
Disciplina simia de bototos herrados,
exhiben mis patas fingiendo violencia.
Un buen poema descubriría los llantos.
Sigamos golpeando, sigamos la fiesta.
Saluda a la muerte simulacricida,
envidia lo puro de su fulgor hielo.
Inyecta ronsilver en la cinta pirata,
golpea tu antes que ya te vieron la baba.
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